lunes, 13 de abril de 2015

Galeano, la rebelión de la luz en la penumbra

Eduardo Galeano falleció hoy en Montevideo (Uruguay), su ciudad natal, con 74 años de vida, mismo día que el escritor alemán Gunter Grass. Fue periodista, escritor, poeta, ensayista, alma libre y rebelde. En las tres cuartas partes de siglo que vivió fue capaz de desarrollar un compromiso político y social digno de envidia de cualquier ser humano. En una época de dolor, oscuridad y tormentas como fue la historia de América Latina del siglo XX, él fue capaz de entender desde el primer momento que la verdad se encontraba en los desgraciados, miserables, perdidos, naufragados y desposeídos de la tierra.

Su trayectoria vital es una oda a la libertad y la justicia, su sensibilidad logró crear una nueva manera de entender la realidad, y en última instancia, el mundo.
Preso de conciencia, simpatizante de los movimientos revolucionarios latinoamericanos, dibujante de los contornos de las palabras, férreo defensor de los derechos de la mujer, héroe reprimido por las feroces dictaduras de Chile, Argentina y Uruguay, fue un hombre que logró entender para qué servían las personas y su obra. Él más que nadie entendió lo que significaba la libertad en el sentido más duro y humano, así como los peligros que para ella suponían la polarización y la violencia estructural del capitalismo.

Aunque se declaraba ateo, entendía el amor y la rebelión como los símbolos de unión en la especie humana, rechazaba las imposiciones y promulgaba las oportunidades. Fue y será un referente de incansable escritor que no calla, que no quiere ni puede callarse cuando los monstruos salen de los armarios y los inocentes sangran por las costillas. No calló contra los asesinos (Videla, Pinochet, Bordaberry, Batista y otros tantos demasiados), contra la "amnesia obligatoria" enseñada en las escuelas y en los centros penitenciarios, contra la desesperación de los hombres y mujeres buenas. Ni siquiera calló cuando fue amenazado de muerte, ni cuando fue encarcelado, ni cuando fue obligado a huir de su tierra.

La voz de los sin voz, en la última entrevista concedida en España, por TV3, Galeano afirmó que "no vale la pena vivir para ganar, vale la pena vivir para seguir tu conciencia". Sería un buen epitafio si no fuera porque Eduardo Galeano se encuentra más allá de la frontera de la vida y la muerte. Siempre será un atisbo de luz en la penumbra, un secreto desvelado en la crónica constrictora del pan nuestro de cada día, un derecho al delirio cuando soñar se vuelve delito, un canto a la esperanza donde no la hay. En definitiva, la utopía inalcanzable del que se cree lo suficientemente loco como para creer que otro mundo es posible.

https://www.youtube.com/watch?v=lNxafgc9Z48